viernes, 8 de mayo de 2020

El primero de la lista

Julio de 2003

Aneto 3404

A falta de nuevas escapadas al monte, qué más allá de lo que permite a día de hoy la fase 0 de la desescalada dentro término municipal de dónde vivimos, andamos bastante escasos de nuevas aventuras, aunque cada vez se ven más cercanas, voy a seguir desempolvando recuerdos, en esta ocasión voy a irme 17 años atrás, al verano de 2003, cuando el que aquí escribe siendo todavía un infante de 11 años y que debutó en el mundo de las cimas de más de 3000 metros con el monarca del Pirineo, el Aneto.
Si alguno me pregunta a día de hoy a qué se debe mi afición a salir a la montaña, sin duda, le echaría la culpa entre otros motivos a los campamentos de verano que organiza Faustino en Benasque que se hacen entre la última semana de junio y la primera de julio cada verano, allí me aficioné a patear montaña y contemplar preciosos parajes siempre acompañado de más zagales de la edad de Binaced, Binefar, Estadilla y de algún que otro pueblo más. Aún a día de hoy siempre que el trabajo me lo permite intento escaparme parte de esos días a recordar los tiempos mozos y reencontrarme con viejos amigos que siempre se dejan caer por allí.
Foto del grupo del campamento de 2003

Pero a lo que vamos, en el campamento de aquel año 2003, estaba marcada como una de las excursiones el Aneto, pero no todos estábamos lo suficientemente capacitados para ir, por lo que las excursiones de los días previos servían para determinar quiénes de los interesados en subir estaban en “condiciones” aquel año subir. El Salvaguardia, con sus 2736m, era uno de los hitos a cumplir para poder subir al Aneto y ahí que nos plantamos un grupo de valientes, mientras el resto de grupo nos esperaban junto a las ruinas de Casa Cabellut, antigua cantina que estuvo operativa en los tiempos que se explotaban las minas de pirita a los pies del Portillón de Benas.
Casa Cabellut

Entorno de las minas

Por los pelos, pero me dejan formar parte del grupo que subiríamos al Aneto ese año, siendo uno de los más jovenzuelos que subiríamos entre los que estaban viejos conocidos de este blog como son Daniel y Julio.
El día de antes preparamos las mochilas y nada más cenar nos vamos a dormir, que toca levantarse muy pronto, si no me falla la memoria a las 3 de la madrugada tocaban diana ese día… Con los ojos medio cerrados y nerviosos desayunamos alrededor de la mesa de la cocina y subimos caminando desde el campamento al cruce de los Baños, en la carretera principal cogemos el primer bus que subía a la Besurta.
En la Besurta comenzamos a caminar en la noche, con unas linternas que a más de uno a día de hoy le haría reír, menos mal que el sol va haciendo acto de presencia poco a poco. Dejamos el refugio de la Renclusa atrás y nos adentramos en terrenos desconocido para mí, capitaneados por Anselmo en cabeza de grupo y ganando metros poco a poco. Empezamos a pisar nieve bastante antes del Portillón Superior, pero podemos ir evitándola.
Llegamos al Portillón, y ya parce que tenemos el Aneto allí mismo, nunca lo había visto tan de cerca, solo nos separaba la inmensa masa de nieve y hielo del por entonces no tan mermado glaciar del Aneto, por el cual había visto un par de años antes deslizar sobre esquís a unos valientes cuando volvíamos de una excursión a los ibones de Col de Toro, que muchos años más tarde yo mismo acabaría emulando…
Típica vista del Aneto desde el Portillón. Julio de 2009

En el Portillón, era donde nos hubiese tocado ponernos crampones, pero la mayoría no llevábamos y mucho menos un piolet, podría habernos salido caro el día, pero por suerte la nieve estaba blanda y pudimos evitar el resbalón. Despacito y con buena letra fuimos atravesando el glaciar hasta llegar a la altura del Collado de Coronas, en dónde nos esperaba el temido “revientachulos” una empinada subida que se me atragantó aquel día y que por poco pudo con mis ánimos, pero con la ayuda y ánimos de Cesar conseguí llegar a la antecima. Ahora ya solo nos quedaba cruzar el famoso Puente de Mahoma, que en aquella época no estaba tan concurrido como en los últimos años y no se si desde entonces hay más abismo a los lados o la ilusión por llegar a la cima me cegó, pero nunca me ha resultado tan poco impresionante cruzarlo como en aquella ocasión, en la que recuerdo hacer el canelo con Daniel mientras lo cruzábamos.
Vertiente de Coronas desde el Puente de Mahoma. Año 2003

Puente de Mahoma algo concurrido. Año 2009

Glaciar e ibón de Barrancs desde Puente de Mahoma. Año 2009
La canal SW de Barrancs, que esquiamos este pasado febrero, todavía conservaba algo de nieve aquel año en Julio

Y por fin llegamos al Aneto, allí estaba la famosa Cruz de hierro y un poco más allá una especie de altar con un santo (tiempo después supe que era San Marcial) y un poco más Virgen del Pilar. Vaya vistas había desde aquella cima, nunca había visto semejante caos de rocas a mis pies, éramos los más altos de Pirineo, para ver cualquier otra cosa que no fuesen nubes debíamos mirar para abajo.
En la cima con Daniel
¿se ha girado la cruz estos últimos años?

Emprendimos el camino de vuelta, que fue más sencillo que el de ida, incluso algunos nos aventuramos “revientachulos” sentados sobre la capelina para adelantar más, pero sin duda la parte más dura de la excursión estaba por llegar, con el refugio de la Renclusa a tiro de piedra nos pilló una fugaz tormenta de verano que nos regaló una pedregada que provocó la mayor desbandada que he visto en mi vida en la montaña, unos nos refugiábamos bajo las piedras mientras otros corrían ladera abajo en busca del refugio… Por suerte, duró apenas 10 minutos y volvió a lucir el sol rápidamente y pudimos volver a la Besurta a coger el bus de vuelta sin nada relevante que reseñar.
Y esta es la historia de mi debut con las cimas de 3000 metros, que desde entonces no he parado de visitar siempre que las obligaciones me lo permiten, teniendo pendiente de nuevo una visita al rey del Pirineo con parte de los que compusieron parte de aquella “expedición”.



1 comentario:

  1. Buena batallita!! Si que empezaste joven traidor!!! La cruz del Aneto fue arrancada por el viento en 2005, y luego se arregló modificando su ubicación.

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