Madrugón de los buenos y son poco más de las 7 de la mañana cuando estamos
caminando por lo que en invierno son las pistas de esquí de Candanchú rumbo al
Aspe, para atacarlo por la Arista de los Murciélagos.
Saludando a los fans
Tras una rápida aproximación al inicio de la arista, justo en el Paso de la
Garganta de Aisa, sacamos los trastes de la mochila, nos vestimos de guerreros
y arranca la primera cordada de la “expedición” formada por Cristobal y Jairo,
y después les seguimos con Pablo.
El inicio de la vía es fácil de localizar, un pitón a la altura de los ojos
nos lo marca, y a partir de allí una sencilla trepada de no más de IV por
buena roca nos deja en la primera reunión, habiendo superado el resalte
inicial.
Continuamos en ensamble hasta el inicio de la trepada a la aguja
“dondestastú”, allí un par de clavos nos sirven de reunión. Vamos ganando
altura por una chimenea semiequipada con clavos que alternamos con algún
friend.
Tramos de II con vistas al resto de la arista
Pablo me espera en la R de "dondestastu"
A estas alturas de la vía y todavía vamos con la manga larga, cualquiera nos
lo iba a decir cuando estábamos en Barbastro a las 5 de la mañana pasando
calor…
Espectaculares vistas del Pico de la Garganta de Aisa, El Sombrero y los
Mallos de Lecherín
Llegamos a la aguja “dondestastú” y Cristobal ya ha montado la reunión en la
aguja “dondestanestos” y Jairo nos saca unas fotos chulísimas mientras
gestiona uno de los pasos con más patio de la jornada.
En la aguja "dondestastu"
Nos toca a nosotros darle al paso expuesto, graduado como IV+, pero cosido a
clavos en el inicio por una roca decente, acabados los clavos entramos en una
chimenea con roca de mala calidad, que nos toca autoproteger con algún
cacharro y nada más salir de la chimenea está la reunión.
Jairo en el centro, Cristobal asoma en lo alto...
El que escribe apretando el culo mientras abre vía...
Avanzamos en ensamble por el filo de la arista hasta llegar a un rapel de unos
20-25m, y en la base del rapel paramos a coger aliento y disfrutar del paisaje
para afrontar el último sector que nos llevará a la antecima.
Progresando en ensamble antes del rapel
En pleno rapel
Empezamos por un paso de V algo extraño, pero fácil de proteger con friends,
del que se sale haciendo una dominada, para seguir por terreno “sencillo”
hasta la siguiente reunión, dónde de nuevo se sale con un paso en una panza
con pocos agarres para seguir caminando sin dificultades hasta el
emplazamiento de la siguiente reunión.
Ya casi estamos en la cima...
Desde allí vamos subiendo por terreno bastante descompuesto hasta salir a la
antecima, dónde solamente nos separa de la cima del Aspe el “salto de fé” que
bautizamos, un destrepe algo atlético para luego caminar hasta la mismísima
cima del Aspe, dónde nos comimos una secallona de Melsa que nos supo a
gloria.
Equipo en cima!
Tras reconocer el monte que divisamos desde la cima, encaramos la bajada por
la ruta habitual a pie desde Candachú, para regresar a las pistas de esquí y
cerrar con una buena merienda la jornada después de 10 intensas horas de
monte.
Empezamos con la bajada
Pisando nieve, y los esquís en casa...
Vídeo resumen
Resumen de la Ruta
Distancia: 12.8km
Desnivel: 1200m
Tiempo: 10h30min
Material necesario por cordada:
Cuerda de 60m Juego de Friends Pequeños Fisureros 10 cintas exprés alguna de ellas larga Material para reuniones
Siempre me había llamado la atención al ascendiendo a Cotiella por Lavasar la
estética diagonal de nieve que se veía al fondo del valle y con la que ya
habíamos fantaseado subir en más de una ocasión mirándola desde el Collado de
la Ribereta. Le tenía echado el ojo desde diversos puntos del Bal de Chistau y
tras este largo confinamiento y algún día de rodaje por el monte y una buena
despedida la temporada de esquí unos días atrás en el Aneto, nos aventuramos
con Jairo a intentar ascender la gran diagonal que lleva al Pico Raymond
d’Espouy, segunda cima más elevada del macizo del Cotiella con sus
2823m.
Jairo en plena ascensión
La gran diagonal, ascendida por primera vez el 18 de julio de 1955 por H.
Carreté, A. Font y J. Surinyach, se trata de un corredor que salva un desnivel
de 250m sobre una repisa inclinada que conserva la nieve hasta bien entrado el
verano, que sale a la brecha d’Espouy – las Coronas, a escasos 5min a pie de
la cima del pico Raymond d’Espouy.
Partimos a punta de mañana del refugio de Lavasar, dónde dejamos el coche, en
dirección al Ibón de Plan, el cual rodeamos para alcanzar los pedregales que
hay al fondo, por los cuales debemos remontar para acceder al valle colgante
de la Ribereta. Una vez en el valle ya divisamos al fondo la Gran Diagonal, y
su aproximación ya es un simple paseo entre rocas y nieve.
Peña de la una reflejado sobre el Ibón de Plan
Progresando por los pedregales
Poco a poco vamos ganando altura
Ibón de Plan visto desde la Riberea
En menos de 2h estamos en la base del corredor, toca cambiar los bastones por
los crampones y piolets y comenzar a subir. La nieve del corredor está en
buenas condiciones y podemos ir ascendiendo sin ningún contratiempo, marcando
Jairo durante gran parte del corredor el itinerario a seguir, el corredor no
presenta ninguna dificultad, pero debemos andar con ojo, ya que un fallo no se
perdona y el resultado podría ser fatal…
Vista de la Gran Diagonal desde la entrada al valle
Empezamos la subida
Jairo marca el camino
En plena faena
En la salida del corredor hay que hacer una travesía lateral bastante
expuesta, en la que tras un paso en mixto que tiene un pequeño tramo con la
nieve podrida y unos 15m de ascenso alcanzamos la brecha d’Espouy – las
Coronas, en dónde nos sacamos los crampones y seguimos caminando hasta la
cima, en dónde tras un breve descanso y contemplación del panorama iniciamos
el descenso.
Paso lateral para salir del corredor
Pico y cresta de las Coronas
Foto de cima
Descenso a Armeña
La ruta de descenso la haremos por la vertiente de Armeña, dónde tras
descender velozmente por pedregales, enlazamos con la ruta de Cotiella, que
todavía conserva bastante nieve y en apenas una 1h desde que hemos salido de
la cima alcanzamos el refugio, ahora nos queda una sencilla pero costosa
subida hasta la Colladeta del Ibón (2351m), para terminar bajando de nuevo al
Ibón de Plan para cerrar el círculo y regresar al refugio de Lavasar a por el
coche y dar por terminada la aventura.
Diagonal vista desde el descenso de la Colladeta del Ibón