Louis Robach (1871-1959), cirujano-dentista, alpinista y fotógrafo además un enamorado del Monte Perdido, que entre su primera ascensión en 1900 y la última en 1948 subió 43 veces a la cima con sus 3355m, “pa que tantas...”
Tras su muerte su círculo cercano se planteó la idea de colocar algún recuerdo cerca de su querido Monte Perdido. Y vaya sitio chulo que encontraron! A 2669m en la Brecha de Tucarroya, junto al refugio homónimo y a la figura de la Virgen de Lourdes, con unas excepcionales vistas a la cara norte del Perdido. El recuerdo que colocaron fue nada más y nada menos que una placa de bronce de 21kg que subieron en mulo hasta la Horquette d’Allanz y desde allí hasta la Brecha de Tucarroya en las costillas de sus amigos un 12 de agosto de 1962.
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Detalle de la placa |
Años después desapareció dicha placa, que se mantuvo en paradero desconocido hasta que apreció milagrosamente en un chatarrero de Tarbes en 1989. ¿Quién se bajaría una placa 21kg de bronce en las costillas desde Tucarroya?
La placa se recolocó en su lugar original el 23 de julio de ese mismo año 1989 y hasta el día de hoy sigue allí.
Curiosa historia. ¿No?
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